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BATALLA DE POZO DE VARGAS (V). Síntesis histórica y análisis geopolítico

Con bastante anterioridad a la batalla de Pozo de VARGAS en abril de 1867 el centralismo unitario porteño había llevado adelante una política de supresión de los movimientos federales del noroeste argentino, con el empleo de una metodología desprovista de concesiones o de arreglos políticos pacíficos.

Ya en 1863 esta había comenzado a aplicarse en cabeza del movimiento conducido por Ángel Vicente Peñaloza.

Y la buena fe de este, en creer que lo que se llevaba adelante era una contienda entre pueblos de un mismo origen fraternal sujeta a principios le costó la vida.
Al confiar sin recaudos en la palabra de sus enemigos de que respetarían la bandera de tregua.

Circunstancias que después de la batalla perdida en VARGAS estaban muy presentes en la memoria de los montoneros que seguían agrupados tras los caudillos Guayama, Elizondo y Chumbita.

Aquella política sangrienta había quedado escrita de mucho antes en instrucciones dirigidas por el mismo presidente Bartolomé Mitre al Gobernador de San Juan Domingo Faustino Sarmiento   y en su frase medular rezaban lo siguiente: “hacer en La Rioja una guerra de policía, declarando ladrones a los montoneros sin hacerles el honor de considerarlos partidarios políticos ni elevar sus depredaciones al rango de reacciones, lo que hay que hacer es muy sencillo” Literal- marzo de 1863.

Más de un lustro después en 1868, luego de VARGAS, y ya fallecido Felipe Varela en junio de 1870 en Copiapó en el exilio chileno, la manda aún seguía vigente.

Y los actores con protagonismo político seguían siendo los mismos, pero en distintas responsabilidades. Mitre había terminado la Presidencia y el cargo de ahí en más lo detentaría Sarmiento.

El cual antes de asumirlo anticiparía públicamente en septiembre de 1868 que: “Los Chumbita, Elizondo y otros montoneros se han levantado queriendo cambiar el orden político de la República, ¿que se ha hecho hasta ahora para ir hasta la fuente del mal y curar la enfermedad?” (Literalmente)

Desde 1855 Justo José de Urquiza como Presidente de la Confederación Argentina había nombrado a Ángel Vicente Peñaloza General y Comandante de armas en la Provincia de La Rioja. Y este en ejercicio de sus atribuciones procedió a nombrar responsables político militares por regiones de la provincia. Uno de ellos sería el caudillo Severo Chumbita.

Así fue como el caudillo de Arauco Severo Chumbita, ahora también Coronel de la Confederación, se convirtió en uno de los más importantes sostenes político militares de Felipe Varela en la batalla de VARGAS.

Luego de la dispersión ocurrida en el repliegue federal posterior a la misma, la región de Arauco se vio expuesta a las represalias de las fuerzas unitarias. Lo que incluyo el saqueo e incendios en sus bienes y campos. Así como el ajusticiamiento de varios de sus parientes y allegados de los jefes federales.

A raíz de estas tropelías el mismo Chumbita elimino en acciones de armas al Capitán porteño Carlos Mayer, responsable de comandar estas acciones represivas en Arauco.

Además, ya antes, en los combates previos a VARGAS al frente de sus fuerzas había derrotado al odiado Gobernador mitrista de facto de Catamarca Melitón Córdoba.

Y sus tropas durante el cruento combate también lo habían ultimado.

Había sobrados motivos para esperar más represalias en su contra. Por lo cual junto con su hijo Ambrosio y un grupo de seguidores eludiendo la persecución debió cruzar la Cordillera hasta Chile, para salvar a sus dos hijas menores Severa y Rosaura de la venganza y los excesos de la soldadesca enemiga.

Pero su permanencia en Chile no duraría mucho. Luego de dejar en lugar seguro a sus hijas y que su hijo partiera al norte para sumarse a la columna de Varela, a pesar de los riesgos que implicaba, emprendió el regreso a La Rioja para ponerse al frente de las fuerzas federales que quedaban en Arauco.

Pero las cosas se habían puesto más difíciles y en una acción inesperada Chumbita fue capturado por las tropas porteñas y encarcelado en La Rioja.

Siendo sometido a proceso por la justicia, con lo que comenzaba para él un largo cautiverio.

Como ya se anticipara, Domingo Faustino Sarmiento ejercía la primera magistratura del gobierno centralizado en Buenos Aires .Cuando en Entre Ríos Ricardo López Jordan, que ante la claudicación de Justo José de Urquiza había comenzado a gestar un alzamiento en su contra, decidió entrar en acción.

Quienes han investigado esto tienen opiniones distintas, pero coinciden en que Sarmiento, el que anteriormente fue embajador argentino en los Estados Unidos de Norteamérica, ya había tenido oportunidad de tomar conocimiento de las calidades y marcas de los armamentos allí usados en la recién finalizada guerra civil entre el norte y el sur.

Y que por ello desde esa anterior data tenía en mente aplicar alguna vez estas experiencias para reequipar a las fuerzas armadas argentinas. Pero un acontecimiento inesperado acelero ese propósito.

Al tomarse noticia durante el gobierno a su cargo del arribo a Buenos Aires de un lote de cinco mil fusiles Remington, con parque incluido, provenientes de los EE.UU.

Los que justamente estaban destinados a una compra secreta encargada subrepticiamente desde antes, por el mismo Gral. entrerriano Ricardo López Jordan.

Al descubrirse el arribo de este cargamento se dispuso inmediatamente. la confiscación del embarque, por parte del gobierno de Buenos Aires.

Esta circunstancia inesperada tendría una gran influencia en el desarrollo de los hechos político militares posteriores. Los que se desencadenarían en abril de 1870 a un mes de finalizada la guerra en el Paraguay con el inicio del levantamiento federal de Lopez Jordan contra el gobierno de Urquiza en Entre Ríos.

Se considera el primer hecho de ese levantamiento a la muerte de Urquiza ocurrida en esos días cuando una partida federal dirigida por el comandante Simon Luengo, otro federal defraudado por Urquiza, concurrió a su residencia de San José a fin de tomarlo prisionero. Pero ante su resistencia armada este resulto abatido.

La concreción de este hecho y también el ulterior asesinato de dos hijos de Urquiza, ambos amigos personales de López Jordán, fueron descalificados por este. Alegando una amistad dilecta con los últimos.

Y considerando por el contrario que eran episodios que arrojaban un manto de encono y enfrentamiento innecesarios, que en nada ayudaban a la verdadera causa por la cual se habían alzado en armas.

La reacción de Sarmiento no se hizo esperar con el envío de tropas a Entre Rios, incluyendo el nuevo armamento recién incorporado y efectuando la prueba inicial del mismo con disparos hechos sobre edificios públicos provinciales, incluidos establecimientos de enseñanza.

A pesar del empeño y coraje de las tropas federales contra la intervención de los numerosos efectivos llegados de Buenos Aires el levantamiento fracaso con la derrota en la batalla de Ñaembe. Obligando a su jefe al exilio en Brasil seguido un puñado de efectivos.

La Provincia fue ocupada por las tropas porteñas.  Fue suprimido el partido federal y arrestados o ejecutados los cabecillas que se capturaron. Y con el asesoramiento de terratenientes unitarios adictos se embargaron sus tierras procediendo a su reparto entre los vencedores.

Reorganizadas sus fuerzas Lopez Jordan regreso en 1873 a Entre Rios y nuevamente se enfrentó a los ocupantes en los combates de Don Gonzalo y Alcaracito, sin que tampoco se pudiera superar al poder de fuego enemigo y sufriendo grandes bajas. Pese a todo estaba dispuesto a volver a reiniciar acciones, pero sus partidarios lo hicieron desistir del intento.

El gobierno de Sarmiento había puesto a precio su cabeza con una fuerte recompensa y su figura era la de la ultimas cabezas de la resistencia.

Pero por una delación fue detenido y reducido a prisión en Goya y trasladado finalmente a Rosario.

El ciclo de la resistencia federal iniciada por Peñaloza y reiniciada con el levantamiento de Varela en el Noroeste en 1867 ,cuya enfervorizada convocatoria llegaría a las cinco mil lanzas que combatieron también en Pozo de VARGAS ,se cerraba con los enfrentamientos conducidos por Lopez Jordan en el Litoral en 1873, también con resultado adverso.

La propuesta de los pueblos del interior profundo y sus dirigentes ,cercanos a la unión sudamericana,  decididos a cualquier costo a suprimir la preeminencia capitalina de Buenos Aires y su control del esquema portuario fluvial y marítimo, al que entendían como la causa de todas sus postergaciones, había perdido la partida.

El modelo que se había impuesto por las armas descreía del país geo históricamente vinculado al continente y apostaba política, económica y culturalmente a Europa.

La traducción en términos de poder de esas propuestas tendría regiones preeminentes y regiones más excluidas. Y aun en el bando vencedor habría colisión de intereses internos que llegarían otra vez al campo de batalla por la cuestión del espacio adonde tendría su residencia la capital política del futuro Estado Argentino.

Así quedaron muchas secuencias por analizar, las que aquí dejaremos para retornar a la suerte de los sobrevivientes federales del ciclo anterior y la valoración que recibieron de quienes combatieron en el por parte de nuestra posteridad.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA ARTICULOS REFERIDOS A LA BATALLA DE POZO DE VARGAS – MANGRULLO AL SUR –

 La Rioja heroica” – Dardo de la Vega Diaz, Universidad de Tucumán, Edición 1955 y reedición en rústica 1964

“La Degollación del Chacho” – Manuel Gregorio Mercado Ediciones THEORIA BsAs 1966. Apuntes y testimonios personales recibidos por el autor.

 “La Guerra del Paraguay “-José María Rosa Edición Peña Lillo 1968.

 “Historia Argentina” -José María Rosa Ediciones Oriente.

 “Conferencias y grabaciones “- José María Rosa recogidas por el autor con motivo de su visita a la Patagonia octubre 1983.

 “La última montonera” – Félix Luna Ediciones Beas Reedición 1993

 “Los Caudillos” – Félix Luna Reedición Peña Lillo1981

Las guerras civiles argentinas “– Juan Alvarez. Ediciones EUDEBA Bs As 1983

“Felipe Varela Su Historia -Armando Bazán- Gaspar Guzmán- Gerardo Pérez Fuentes- Ramon Olmos-Editorial Plus Ultra 1975

 “Los coroneles de Mitre” – Ricardo Mercado Luna Editorial Plus Ultra 1974

Los montoneros en Pozo de Vargas” – Fermín Anzalaz Biblos. La Rioja 1969

“Vida y muerte de López Jordán” – Fermín Chávez Ediciones THEORIA 1957

“Las armas de fuego del soldado argentino en la década de 1870 – 1880”– Santiago Pedro Tavella Madariaga. Revista Militar Nro. 706 1981

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Alberto MORENO JUAREZ

Abogado – Responsable Zona Sur del Instituto Superior Arturo Jauretche

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