Desde 2013 IRÁN viene ampliando su cadena de bases marítimas sobre la costa del Golfo de ORMUZ hasta totalizar cinco importantes emplazamientos. También ha desarrollado por medios propios una industria naval militar en la que la flota de submarinos juega un papel clave utilizando talleres e instalaciones que datan de la era del Sha Reza Pahlevi, dando a conocer expresamente sus pretensiones de poder regional con proyección marítima.
También ya en 2013 el comandante de la armada Contraalmirante. Habibollah Sayhari dijo oficialmente sobre el tema: “La presencia naval de Irán en el Pacífico y, en particular, en el mar de China Meridional ha sido este año un importante paso adelante para la Armada que aspira a estar presente en las aguas internacionales, y que por primera vez desde 1979, fuerzas navales de Irán cruzaron la línea del Ecuador en el Pacífico “(Fuentes AP e IRINNIR a raíz de las maniobras navales anuales iraníes).
A su vez el contraalmirante destacó también que la fuerte presencia de Irán en las aguas internacionales demostraba la ineficacia de las sanciones impuestas a Teherán por el bloque occidental anglosajón. Todo esto ya indicaba que la presencia se extendería en el futuro más al sur del golfo de OMAN y hasta aguas Atlánticas a fin de profundizar lazos comerciales con países que le son afines o practicando maniobras de rescate y salvataje en emergencias marítimas internacionales. Tan al Sur o al Norte como se considerara necesario a sus intereses estratégicos.
Sobre la proyección marítima de IRÁN a aguas internacionales y las previsibles acciones de EE.UU para interferirlas de alguna manera , el analista Marcos Salgado (periodista argentino de TELESUR) en el medio NODAL del 26 de mayo de 2020, comento sobre el arribo de buques tanqueros iraníes al Caribe pasando por el Atlántico Norte llevando abastecimiento de gasolina a VENEZUELA, un país que sufría fuertes sanciones por parte del entonces gobierno TRUMP, lo que ocasionaba serias repercusiones sobre la población carenciada. La travesía que partió del puerto iraní de Bandar Abbas constaba de cinco buques que transportaron alrededor de 1,5 millones de barriles de gasolina hasta el Caribe Sur, transcurriendo sin ninguna interferencia hasta arribar a las aguas venezolanas en las que fueron escoltadas a puerto. Y a su vez el periplo, fue monitoreado vía satélite desde Teherán, informando desde su partida por portavoces oficiales al gobierno norteamericano, sin recibir ninguna objeción de su parte (Fuente citada). Lo cual también despertó mucha suspicacia en medios occidentales. (Fuente: New York Times “Irán ha desarrollado armas navales tan potentes como sus misiles basados en tierra”. Kirkpatrick y Bergman).
Todas estas cuestiones dejaban a la vista que IRÁN estaba inalterablemente comprometido con una vocación marítima a partir del Océano Índico, tendiendo a proyectarse sobre los mares circundantes. Y desarrollando a la par una capacidad militar destinada a la protección de su flota comercial, aún al riesgo de verse envuelto en un conflicto asimétrico con el bloque anglosajón e incluyendo en una proyección de ellos estar en condiciones de llegar a los mares ANTÁRTICOS. Lo cual tampoco debía considerarse una cuestión exótica. En trabajo editado en 2015 España por la periodista y analista Catalina Gómez Ángel, titulado “IRÁN UN PAÍS SIN AGUA” (AFP) ya se lo expresaba de manera muy clara en párrafos escogidos: “La escasez de agua ha pasado a ser un asunto de seguridad nacional en Irán. Incluso muchos aseguran que la gran amenaza para la República Islámica no proviene de Israel, EE.UU o Arabia Saudí sino de la dramática reducción de sus recursos hídricos para el riego agrícola o el consumo humano. El propio presidente iraní Hasan Rohani aseguró a los inicios de su gobierno que el problema solo puede solucionarse por un acto de voluntad nacional” ( ) «el crecimiento poblacional , la contaminación de las pocas fuentes subterráneas de agua derivada de la extracción petrolera y el cambio climático que incluye un gran empobrecimiento del régimen de lluvias tampoco han ayudado mucho”( ) «Según expertos, alrededor de 12 de las 31 provincias que conforman Irán se verán expuestas a la evacuación en los próximos veinte años si la tendencia continúa. Cincuenta millones de iraníes casi el 70% de la población, sufrirán estos efectos” (TRABAJO CITADO).
En el marco de un pronóstico como este la búsqueda de fuentes seguras de agua y el correlativo traslado para su consumo a una población expuesta al riesgo de la evacuación o la inanición, son seguramente un fuerte desafío a su “voluntad nacional” de supervivencia. Se trata de un país cuya única gran riqueza son sus fuentes minerales e hidrocarburíferas, pero está acuciado por la sed. Entonces, más que por sueños delirantes al estilo del Sha, es de creer que tenderá a moverse irremediablemente por esas pulsiones de supervivencia hacia donde se encuentren las fuentes hídricas más seguras del planeta, que muy bien podrían ser las del Continente ANTARTICO. Evaluando los alcances logrados por las proyecciones oceánicas de Irán, una década delante de los enfoques que anteceden, se debe concluir que la tendencia ha progresado y nos lleva entonces a enfocarlos ahora en el marco de las actuales confrontaciones del bloque anglosajón y sus aliados con el bloque euroasiático. Y a su vez que situaciones de conflicto pueden tener su epicentro en Iran y sus accesos marítimos. Hace una década navíos de guerra iraníes cruzaron la línea Ecuatorial del Pacifico y luego del Atlántico llegando a Venezuela. Y al presente se aproximan al paso bioceánico de Panamá.
Son cuestiones que gradualmente están escalando a niveles de alta tensión (Continuará).