ARTICULOS PROPIOS

MALVINAS: EN LOS CONFLICTOS DEL SIGLO XX

Hace unos días el periódico inglés SUN, una suerte de decano de la prensa sensacionalista británica, publicó en grandes títulos y con fotos ad hoc que el Reino Unido reforzaría sus fuerzas de ocupación militar desplegadas en las usurpadas Malvinas Argentinas. No son cosas que vayan a llamarnos la atención ahora y tampoco son nuevas, mejor dicho, son bastante antiguas y merecen repasarlas.

Durante la Primera Guerra Mundial (IGM), hace un siglo, en torno a Malvinas se libró la más importante batalla naval de esa contienda entre la Royal Navy y la flota imperial germana del Pacífico que terminó con la destrucción total de la última, en la muy conocida Batalla de Malvinas (diciembre de 1914).

Durante la Segunda Guerra Mundial (IIGM) a partir de 1939, y según el curso de la contienda en otros teatros planetarios la historia tuvo similares episodios, aunque sin espectaculares acciones, las que curiosamente esta vez fueron mucho menos difundidos y correlacionados.

Ambos bandos enfrentados entonces, germanos y británicos, sacaron conclusiones similares en las evaluaciones acerca de la validez estratégica de los archipiélagos usurpados a la Argentina y ubicados indudablemente en su plataforma continental

(La primera base documental y fotográfica citada se encuentra en otra obra del autor:PATAGONIA PUNTO CRÍTICO. Edición 1995, Fondo Editorial Canal 9 de Comodoro Rivadavia)

Las dos guerras mundiales del siglo XX pasaron y a pesar de las tensiones de las que aquí se da cuenta, y aunque varias veces estuvieron cerca de la línea de borde, no implicaron otras acciones conocidas entre la República Argentina y el Reino Unido.

Es más, bastante lejos de aquellos hechos al presente siguen apareciendo y sin agotarse las constancias documentales, fotográficas y aun fílmicas de las dos contiendas y del periodo de entreguerras.

Con la desaparición física de muchos contemporáneos de los sucesos, los que en su momento guardaron documentos e imágenes. Sus descendientes lejanos, bajo palabra, han hecho aportes interesantes sobre el tema. Los mismos siguen asombrándonos y llamándonos a emprender nuevos trabajos y a reflexionar sobre ellos. La historia no está terminada.

Parcialmente fue igual la postguerra que siguió al conflicto del Atlántico Sur de 1982. Repasemos entonces los hechos que, aunque pasaron mucho más cerca de nuestra mirada, del mismo modo no siempre se los han mirado con la misma atención y detalle.

A partir de junio de 1982 el gran tema para el ocupante británico fue mantener una comunicación fluida entre las islas con la metrópolis y el continente sudamericano. Para lo cual recurrió desde el comienzo al argumento de asentar una base militar permanente.

Aún a pesar de la euforia triunfalista no le fue fácil al mando militar conjunto convencer a su gobierno de efectuar la costosa inversión en una base que  por entonces se consideraba excéntrica a los teatros asumidos por la OTAN, estando aún vigente la guerra fría. Pero igual lo asumieron, la tesitura defensiva presentada como una preparación militar frente a una agresión potencial fue explotada al máximo.

En ese sentido el alarmismo amarillista del SUN, no hizo ni hace más que repetir hasta el hartazgo lo que era una decisión político militar asumida desde mucho tiempo sin fisuras por su gobierno: convertir a las usurpadas Malvinas Argentinas en una fortaleza. Ya se vería después contra que enemigos.  Enrique Oliva, que fuera periodista exilado residente en Londres durante 1982, lo esboza claramente en su estudio “MALVINAS el colonialismo de las multinacionales” desmenuzando con gran detalle la relación entre las empresas multinacionales y sus proyectos económicos militares en áreas de lo que consideran la periferia mundial o sus espacios de interés. Y también contra que eventual “enemigo” se combatiría en cada caso.

Volviendo al período posterior a la guerra del Atlántico Sur de una larga lista de acciones subrepticias, o no tanto, cumplidas a partir de la presencia militar británica en las usurpadas Malvinas Argentinas, se destacan especialmente dos precedidas por largos estudios de inteligencia previos dispuestos por el ministerio de defensa del Reino Unido. ( * )

La primera es la operación “FIRE FOCUS” llevada a cabo durante 1987 Y 1988. La expresión FIRE no es una traducción literal del inglés (FUEGO) sino una abreviatura de “Falkland Islands Reinforcement Exercise” (Ejercicio de Reforzamiento en las Islas Falklands). Requerida periodísticamente por entonces una explicación de aquella operación naval y aérea británica en el Atlántico Sur, la misma Primer Ministro Thatcher expresó lo siguiente: “El Reino Unido y los EEUU son aliados inseparables, pero eso no significa que las alianzas sean dependencias, después de estas maniobras no deberemos preocuparnos de que el día de mañana un gobierno norteamericano distinto para mejorar sus relaciones con Latinoamérica decidiera, por ejemplo, levantarle el embargo de armas a la Argentina” (lit.)

La segunda acción fue presuntivamente cumplida en el espacio marítimo argentino durante el mismo bienio de 1987 a 1988.
En junio de 1987 la Armada Argentina fue alertada de la presencia de una nave submarina que navegaba en una zona cercana a la costa austral atlántica cuya procedencia o destino eran desconocidos. Practicadas las exploraciones de rigor, no hubo constatación certera de dicha presencia. Pero luego se supieron otras cosas bastante significativas.

Según un cable de Asociated Press dado a conocer en Chile en mismo mes y año se da cuenta del arribo de un submarino británico de propulsión convencional diésel, el HMS OSIRIS proveniente del Atlántico Sur. Se trataba de un sumergible similar a los usados en 1982 por la Task Force británica y apto para el desembarco subrepticio de unidades comando.

En la imagen que da cuenta del arribo a Talcahuano se exhibe el izamiento de la clásica bandera negra “jolly roger” con calaveras y tibias con dos espadas de plata verticales. Las que implican dos misiones confidenciales cumplidas, sin mayores aclaraciones.

Política de poder por arriba y por abajo del agua

Los turbulentos tiempos internacionales que vivimos nos llevan a suponer sin riesgo a equivocarnos de que las implicancias de la lucha entre poderes hegemónicos, no han de detenerse en asumir las responsabilidades que la defensa de sus intereses les imponga como necesarias. Y así como en las dos guerras mundiales del siglo XX la vigilancia o el merodeo de los beligerantes no dudo en prepararse para una alternativa de fuerza, creemos que hoy no será muy distinto.

A su vez  la evaluación más certera que la guerra del Atlántico Sur ha dejado a los poderes mundiales es que las aguas australes de ese mar antes considerado remoto hoy ya no son tales. Y se ha tomado noticia de que en torno a sus orillas viven pueblos que saben pelear cuando es necesario.

Por ello el carácter continental que asume hoy la reclamación de las Malvinas la que involucra a todas las facetas comunes a los Pueblos y Estados del Continente como el de ser un área libre de armas nucleares y  ser el mejor paso al acceso antártico, deben ser sostenidos en todos los foros y esgrimidos como la pieza más importante  de nuestra argumentación, pero por sobre todo no debe olvidarse que la Unidad Continental es el prerrequisito ineludible frente al cual la actitud  de ostentación de fuerza de la que hoy vuelve a dar cuenta la prensa amarilla británica, quedará solamente en eso, en un destemplado acto de merodeadores filibusteros.

Abril 2015

NOTAS

(*) Esta reflexión resulta muy apropiada a efectos de citar y evaluar la opinión de un analista inglés, Paul Rodgers de la cátedra de Estudios para la Paz de la Universidad Bradford en mayo junio de 1988 “Se trata de ejercicios para verificar el funcionamiento de estructuras de comando y comunicación”()“no acepto que el ejercicio se haya hecho hipotetizando un ataque argentino a Falklands, MALVINAS, creo que se manejan una serie de hipótesis y el ataque argentino sería tan solo una más. Es entonces un ejercicio de entrenamiento para ver cómo se puede  aumentar  el flujo de comunicaciones a 4000 millas, desde isla Ascensión, al Reino Unido. Esta base es muy importante por ser el único vínculo viable con el Atlántico Sur, región con la cual nuestras comunicaciones son tan precarias como largas” (lit.)

Una periodista también británica de nombre Adela Gooch intrigada por el carácter  secreto  impuesto  a la cuestión  por el ministerio de defensa trato de interiorizarse en profundidad sobre el tema y recibió respuestas  también lacónicas:” se consideran varias hipótesis de ataque. No hay nada específicamente  referido a Falklands. Tan solo se trata de instalaciones que es conveniente usar” (lit.) Daily Telegraph. Londres, junio de 1988.

Carlos Alberto MORENO JUAREZ

Abogado – Responsable Zona Sur del Instituto Superior Arturo Jauretche

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